Que bonito y hermoso es dar la vida; aunque también conlleve dolor a su paso.

Recuerdos vienen a mi mente en la época en que, aún siendo niña, íbamos de la mano. Recorriendo juntas, mil y una aventuras. Me hacía feliz ver tu sonrisa dibujada en tus labios; eso sí era vida.

La sonrisa que afloraba en tu rostro, junto con esa alegría de hace años atrás, se ha marchitado. ¿Por qué? – me pregunto. ¡Dónde se ha ido!.

Con el tiempo, has ido madurando, pero también cambiando tu forma de ser y de actuar con los que te rodean, incluyéndome a mi. No necesito de explicaciones ni saber ya el motivo; me cansé.

Necesito que cambies, que mejores. Ya no solo por mi, sino por ti misma. La felicidad reside en tu bienestar.

Si tu sufres; yo sufro

Si tu estás alegre; yo soy alegre

Eso es así y será así siempre. Al igual que sé, que algún día, por ley de vida, abandonaras el nido y crearás tu vida. Quizás con el tiempo, cuando seas madre, comprenderás que lo forma en que actúas no es propia de ti. Quiero ver florecer de nuevo, tu bella sonrisa en tu rostro. Entonces, volveré a ver de nuevo a mi hija de siempre.

 

 

Anuncio publicitario