Que gratos recuerdos me traen, aquéllos años en los que tumbada en la cama de mi habitación, escuchaba las notas de la canción Sweet Child o’mine de Guns N Roses. Me tenías hechizada con tu música, la que un día dejaste de cantar. Ése día, todos tus ídolos salieron a las calles, nombramos tu nombre y en medio de la carretera, coches y motos clamábamos al que fue nuestro ídolo y que ahora lo seguiría siendo en nuestros corazones.

Guns N Roses, pronuncio tu nombre y se me eriza la piel. Saber que dejaste la tierra para partir a otro lugar.
Guns N Roses, convencida estoy que allí donde estés, seguirás brillando como la estrella que eres y fuiste.

Tu música sigue sonando y es escuchada por aquéllos fieles seguidores que recuerdo como si fuera ayer como nos abalanzábamos al terminar el concierto, para conseguir un autógrafo tuyo. Ahora mismo, las yemas de mis dedos trazan tu firma que dejaste impregnada en una de mis camisetas.

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