Miguel Ángel escultor de profesión realizó la escultura de David con la finalidad de demostrar su amor hacía a él y desterrar los tópicos de que dos hombres no podían amarse. Pero en la época en que le tocó vivir no era lógica ni tenía cabida en otras mentes, en que personas de un mismo sexo se atrajeran mutuamente.
David y Miguel Ángel se conocían desde pequeños, llegando a emprender el camino de Las Bellas Artes. David siempre había admirado el arte de Miguel Ángel. Siempre tuvo mucha facilidad con la escultura. Por otro lado anteriormente, David había posado para algunos artistas y emprendió el estudió de conocer las Artes Escénicas.

David y Miguel Ángel eran inseparables. Incluso eran compañeros de habitación en la residencia donde estaban estudiando. Con el paso del tiempo Miguel y David empezaron a sentir mariposas en el estómago, sin atreverse a decir que se amaban por temor a ser rechazados. El corazón fue el que dominó la situación, sobraban las palabras para saber qué era lo que que querían decirse y no se atrevían a decirse. Con la mirada se lo dijeron todo. Se amaban. Sí. Se amaban, aunque tuvieran que amarse en secreto.

Miguel Ángel tenía un proyecto entre manos. Tenía que realizar una escultura. Pero no iba a hacer una cualquiera. Una noche, miró a David y le preguntó si posaría para él, desnudo. David al principio se ruborizó, aunque no descartó la idea. Había posado en otras ocasiones, aunque nunca lo tuvo que hacer sin ropa.
Miguel Ángel se lo suplicó y al final David cedió, al saber de las intenciones que tenía en mente su amado. Miguel sabía que sería criticado por realizar una obra que consideraron erótica. Su finalidad era dar entender al mundo un mensaje oculto. El secreto que los hombres también podían amarse y no solo ver esculturas de mujeres desnudas. La obra al finalizar dio mucho que hablar. Aunque una minoría, no la criticaron. Esa minoría felicitó a Miguel y a David por ser tan valiente.