Hay cuentos que perduran en nuestra conciencia desde niños hasta la actualidad. Hablo de aquellas historias que son transmitidas de generación en generación por nuestros abuelos contaban a nuestros padres y que más adelante, nuestros padres nos contaron y leyeron cuando éramos apenas unos niños. Estoy hablando de las historias de los hermanos Grimm.
Un día los hermanos Grimm se juntaron y decidieron formar un proyecto. Habían llorado la perdida de sus padres ancianos y ahora tocaba rendirles un homenaje, como no pudieron hacerlo en día. No les dieron las gracias por todas aquellas historias y cuentos.

Los Grimm invirtieron en una librería y en ella empezaron entre los dos a escribir las historias que les fueron transmitidas y contadas por sus padres, recordando cada noche como en el borde de la cama empezaban a recitar cuentos, leyendas y demás historias que hoy están escritas por sus hijos; Los hermanos Grimm.
A raíz de allí los Grimm, decidieron hacer un tanto de lo mismo, a contar sus historias, las suyas propias, las que conocían y las que conocieron, para que la generación de los Grimm nunca se perdiera.

Sus padres les enseñaron una gran fuente de enseñanzas gracias a sus historias. Ellos, harían lo mismo con sus hijos que a punto estaban por nacer. Sus historias fueron contados a sus hijos y publicadas para que nosotros tuviésemos la posibilidad de crecer con sus historias y conocer parte de sus enseñanzas.
Cada historia, cada cuento engloba una enseñanza dentro de la otra. Que mejor forma que aprender sobre ellas.

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